Llevo tiempo leyendo una expresión en un blog que me provoca una sensación extraña. No sé si seguiréis esa página o si, por otro lado, la habéis escuchado pero desde que la leí por primera vez me produjo una envidia tremenda a la vez que cierta curiosidad. La expresión de la que hablo es "abrir gas".
Me explico mejor. Leyendo crónicas sobre el segmento de ciclismo, aparece repetidas veces la acción de abrir gas. Cuando este sucede, el protagonista adelanta a los diferentes participantes que tiene por delante como si estuviera regulándose y en cualquier momento pudiera pasar a todo quisqui. Yo, de por sí, hago el segmento ciclista con el gas abierto que parece que me he quedado la válvula de apertura en la mano cual coche en quinta intentando subir un repecho empinado despilfarrando combustible y rara vez adelantando a alguien. Qué envidia me da! hasta tal punto que mi objetivo en la bici se está convirtiendo en poder usar esa expresión con todas las de la ley. Quiero abrir gas, cerrarlo, pararme y si me da la gana volver abrirlo y adelantar al que tenga delante.
Para ello, hace ya algo más de dos meses que llevo centrándome en mejorar sobre las dos ruedas y parece que llegan los resultados. Empiezo a darme cuenta que siempre me dedico a construir un coche muy bonito al que le falta el pedal del acelerador. Durante bastante kilómetros creo una carrocería, ruedas y un motor que no están mal pero que, cuando el conductor se sube para una carrera, no encuentra el pedal para abrir gas.
Es por ello que me decidí a comprar un acelerador. Me acerqué a la tienda más cercana y me dijeron que no tenían. ¡Qué tristeza la mía con el carro tan bonito que me estaba montando! y justo cuando estaba a punto de salir por la puerta me dice el dependiente: " Es posible que si haces series una vez a la semana y descansas consigas el tuyo propio". Dicho y hecho, me puse a ello. Incluso con la motivación, llamé a china y cambié algunos componentes como muchos ya sabéis. Nunca antes había hecho series en bici, a ver que pasaba.
Hoy es el día que tengo un acelerador y lo sé. Lo sé objetivamente, lo noto y creo que me lo merezco. Yo que siempre he sido un pequeño turbopez de difícil movimiento fuera del agua tengo un acelerador, lo sé. puede que sea por las ruedas nuevas, por la motivación de llevar material nuevo, por los kilómetros sobre el asfalto en solitario, por las series semanales a las que no he faltado o simplemente, la suma de todas ellas pero tengo pedal para acelerar, lo sé.
Es un pedal de recorrido corto, no os penséis hago milagros, y no creo que sea capaz de abrir gas aún pero llegará un día en el que lo leáis en este blog trás haber sido capaz de hacerlo con contundencia.
Nos vemos insensatos!
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