El último día de algo

Aún falta un último triatlón este fin de semana pero he decidido sentarme a escribir una valoración sobre esta primera temporada. Hoy, mientras nadaba en la piscina, tenía continuamente esa sensación que se tiene cuando es el último día de algo. Ya sé que el viernes volveré a la piscina para nadar un poco antes de Aritzleku pero hoy era el último entrenamiento desde que empecé en septiembre. He acudido a la piscina semana tras semana y puede parecer una tontería pero hoy al nadar me he dado cuenta que esa rutina ha marcado una época de mi vida que no se volverá a repetir, una primera temporada que me ha dejado muchísimas cosas buenas. El año que viene estaré en Inglaterra y el siguiente nadie lo sabe, seguiré con este deporte y seguro que disfrutaré tanto o más pero esta claro, y creo que se me entiende, cuando digo que primera sólo hay una.

 Mis entrenamientos comenzaron en septiembre y tenía muy claro aquello en lo que debía mejorar, andar en bici y sobre todo correr por lo que dejé un poco apartada la natación hasta noviembre. No soy muy de datos concretos pero me hacen falta esta vez para dar una visión clara.

Correr:  Empecé poco a poco saliendo a pasarlo bien y hacer kms sin sufrir en exceso pero en seguida llegaron todas las carreras populares de otoño que me hicieron subir considerablemente mi velocidad y un día cualquiera en la Santurce-Bilbao, y con Toro haciendo de compañia y liebre, me ví corriendo 17km a un ritmo de 4:10 mins/km lo que era impensable hasta ese momento teniendo en cuenta que no bajaba de 4:30 en carreras más cortas. Esto supuso un punto de partida para ir a por el 4mins/km como fuera y lo conseguí en los 12km de la carrera Las Arenas-Bilbao e incluso corrí en 3:55 en la San Silvestre. Pensé que era suficiente y que lo mantendría corriendo 2 veces por semana sin embargo llegó una lesión a falta de una semana de comenzar los duatlones que me tuvo parado entre pitos y flautas durante unos 2 meses. Esto hizo que gran parte de mis esfuerzos fueran en vano. Ahora, a final de temporada, creo que he recuperado mi forma de navidad pero siempre queda el gusanillo de cómo iría si no hubiera parado, tal vez mas de lo mismo, no lo sé.

Bicicleta: Esta es la disciplina que más me gusta, sin despreciar las otras claro. De la bici sí que he disfrutado cada uno de los momentos, ya fueran duros o suaves, solo o en compañía, qué gran descubrimiento. Comencé la temporada con un desconocimiento absoluto de cómo entrenar en bici y no lo hice bien hasta enero, cuando al acabar las carreras populares, le dediqué lo que se merecía. He mejorado mucho pero soy muy ambicioso con la bici y quiero más, el año que viene no habrá quien me baje de ella. En total unos 2500km de carretera y algunas salidas de monte.

Natación: Conocedor de la diferencia de nivel entre esta disciplina y las otras dos, hubiera sido una tontería teniendo el tiempo contado, haberse centrado en nadar. Soy de la creencia de que para mejorar significativamente nadando hay que esforzarse mucho y además meter muchos metros, lo cual lo dejo para el año que viene cuando prometo dar un verdadero salto. A pesar de esto, no la he descuidado y he mejorado un poco. No soy el mejor nadador del mundo pero sigue siendo mi mejor baza a pesar de ir igualando poco a poco parciales.

Me quedo con toda la gente que he conocido, desde aquellos con los que entreno a menudo hasta aquellos con los que he coincidido algún día y hablado un rato, y con las sensaciones de nervios, satisfacción, cansancio, ilusión e incluso desesperación a veces . Prometo subir en breve un video con los mejores momentos la temporada, aquellos días en que he disfrutado del camino.

Nos vemos en Aritzaleku