Consideré que ayer, martes, era un buen día para incorporarse a las clases-entrenamientos master de la piscina donde nado. Ni corto ni perezoso cogí mi mochila y conduje hasta allí, y me acerqué al mostrador a por mi ticket donde me preguntaron (en castellano por cierto que es de madrid la recepcionista) si nadaba suficientemente bien. ¡Pues claro hombre! soy la máquina. Entré en el vestuario y según me dí la vuelta para cambiarme ya entró uno diciendo:
- Natxo!
-Sí claro soy yo- le contesté.
-Bienvenido! de donde eres? Por qué vienes? qué tal nadas? Me llamo ...., estos son...,... y..... tipitín tipitán.
Claro yo encantado con la atención. Me pusieron en el tercer nivel de las 6 calles que hay y perfecto, acertaron de pleno. Todos tenían sus tablas, pull buoys, etc pero me dejaron unos, ya los he pedido hoy por ebay para la siguiente clase.
Lo que es el entrenamiento estuvo muy bien, me devolvió a mi infancia de nadador por las tardes en el colegio. Que sí mariposa, espalda, series, pies con la tabla, todo con tiempos y con un orden que tardé en entender debido al idioma pero que lo acabé cogiendo. Hicimos 2350 metros en total que se me pasaron volando y salí con una sonrisa de orje a oreja y sensación de trabajo bien hecho. Quizá podría haber estado en el 2º nivel sufriendo mucho pero de momento el 3º chapeau!, con momentos de agobio y otros más suaves. Eso sí, para dar la vuelta con voltereta o se te escapan, hace tiempo que no lo hacía pero todo es forzarlo un poquito. Creo que este año podré dar un pequeño salto en la natación gracias a esto.
Lo mejor de todo, poder hablar en inglés en el mundo real, fuera de la universidad y con ingleses de pura cepa. Al final, me pidieron el e-mail porque los jueves debe nadar el mismo grupo en otro sitio aunque me lo tendré que pensar porque el equipo de triatlón entrena los jueves allí mismo. Ya veremos. De momento el martes repetimos.
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