A la batalla!

Como había avisado, esta iba a ser una semana para pasarlo bien y darle caña a la vez.  A partir de la siguiente habrá competición todos los fines de semana y como tardo mucho en recuperarme de carreras y entrenamientos duros no podré forzar demasiado. Por lo tanto, podemos decir que el domingo quedará atrás un primer año de entrenar y prepararse para el triatlón y solo faltará dejarse de llevar y rendir lo que el cuerpo deje cuando toque. Me dedicaré a la vela y a competiciones.Queda lo más fácil. Aún así, estoy seguro de que, gracias a competir, mi nivel irá subiendo en cada carrera tanto o más que entrenando. Toca ponerse el mono de combate.

 

Mi valoración personal es que los deberes están hechos. Podré haber entrenado más, menos, mejor o peor que otros. He tenido exámenes, días que pensaba salir a entrenar y no lo he hecho por estar cansado, una lesión en la rodilla que me ha hecho desertar en casi todos los duatlones y alguna cosa más pero no recuerdo un día en el que haya dicho: ¡Que pereza! Hoy no salgo. Parte de la culpa de no haberme dejado llevar por la pereza es que me encanta esto. Os comento un poco los dos entrenamientos que han salido después de acabar exámenes y que han merecido la pena.

Ayer miércoles quedamos 5 unidades con las 5 bicis en 5 islas de Hawái, que no, que esto no es el Epic 5. Sí quedamos 5 personas pero para ir al Pagasarri con las bicis de montaña. Javi, que es el que mejor conoce los caminos, nos preparó una salida de las buenas. Hicimos unos 25km por senderos acabando al final en la cima. Para Iñaki y para mí que íbamos desde Getxo fueron casi 50km.

No falto de nada, barro, piedras, subidas muy duras y bajadas muy guapas.  Muy buenas vistas y por supuesto nada de tráfico. Yo soy bastante torpe en el monte pero con la nueva bici aquello era otra cosa, se notan mucho los discos. Al final cada uno para su casa y un dolor en las piernas muy considerable, creo que más que nunca.

Hoy por la mañana el plan era ir a Ondarru, nadar en la playa y hacer el circuito del fin de semana que viene. Suena el despertador y noto que está lloviendo como ya esperaba. Me duelen las piernas y me pican los ojos a pesar de haber dormido más de 8 horas. Lucho contra el sueño durante unos 10 minutos, tiene mucha fuerza, se nota que ayer no salió en bici 3 horas. Sé que una vez allí no tendré quejas pero ahora se me pegan las sábanas. Cojo impulso y para arriba que ya descansaré otro día. Desayuno rápido pero fuerte y a recoger a Toro para tirar para allí. Viaje tranquilito y sin música escoria, hoy no era día para reggaetonazo del duro.

Una vez allí cafecito y a nadar. Hemos hecho algo menos de 2000 metros dándole caña al final, duchita en la playa y al coche a por las bicis. 

 El recorrido es algo duro pero nada del otro mundo, mucha curva, un poco rompepiernas y Milloi, que es un puerto bastante tendido pero que en carrera hará sufrir a todo el que se presente por allí. Antes de volver a casa un par de donuts y alguna palmerita para aguantar el hambre antes de comer, será de gordos pero nos lo merecíamos.

Como comentario, decir que nunca había estado en Ondarru ni en Lekeitio y que me han encantado. Pueblos bonitos, tranquilos y con ambientillo. Por mi parte, a seguir entrenando lo que queda de semana que todavía flta volver al Paga, esta vez a correr.  

Corto y cambio